Comienza la jornada con la Eucaristía matinal. Durante la misma Tino da testimonio sobre su experiencia de estos cuatro como Secretario General. Ha sido para él un servicio que ha supuesto mucho trabajo, pero sobre todo un gran privilegio.
Durante la mañana se reparte la Memoria del Consejo General para su revisión y trabajo tanto de forma personal como por grupos. Ya reunidos en pleno se corrigen los fallos detectados y se elevan preguntas y sugerencias para su clarificación por parte del Consejo.
Comenzamos la tarde con el sentir del Consejo sobre su permanencia en el mismo para el próximo periodo. Tino pide un esfuerzo en la búsqueda de candidatos para el nuevo Consejo General. A continuación el Consejo responde a las cuestiones planteadas y profundiza sobre algunas cuestiones inquietudes iluminadas por Evangelii Gaudium y el carisma claretiano: ¿Los estatutos y las normas aplicativas responden hoy al carisma del movimiento de Seglares Claretianos? ¿Cómo debe ser la formación inicial para los seglares en discernimiento? Después el Consejo lanza propuestas basadas en su experiencia al próximo Equipo Coordinador sobre nuevas formas de organización y trabajo: Número de personas que forman el Consejo, equipos de apoyo a la Secretaría de Formación y Comunicación, opciones para repartir las tareas del Consejo, apoyo a los grupos sin región,...
Surge un rico diálogo sobre los diversos temas compartiendo reflexiones, experiencias e inquietudes según la realidad de las diferentes regiones. Un punto importante que se plantea es la dificultad del idioma. Brasil y Polonia comparten su experiencia y sentir.El problema va más allá de la traducción de la información o documentos: es transmitir el carisma. Finaliza el tiempo de revisión de la memoria con la entrega por parte de la Secretaria de Formación de las revistas del Movimiento editadas durante esos años y una copia del Taller de Presentación del Movimiento que se ha elaborado durante este período para la provincia de San José del Sur (Latinoamérica). La tarde ha sido intensa y, cerrado el diálogo, se propone un breve tiempo de oración personal para finalizar compartiendo los sentimientos que ha provocado en cada uno de nosotros el trabajo realizado sobre la memoria. Surge un profundo sentimiento de agradecimiento al Consejo por su gran labor durante estos años.
Antes de cenar Polonia, Brasil y Venezuela presentan sus memorias por no poder hacerlo el día anterior.
Con la llegada de los primeros invitados que compartirán con nosotros el fin de semana nos vamos a cenar.
Damos gracias a Dios por el día vivido terminandolo con un ágape fraterno en el jardín.
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