En recuerdo de Richard Todd

  Familia Claretiana

EN RECUERDO DE UN GRAN ASESOR PARA EL MOVIMIENTO

El pasado día 25 de marzo fallecía en Chicago, USA, el P. Richard Todd que fue asesor del Movimiento. Milagros Vicente, nos deja esta crónica en recuerdo suyo,

Desde que me enteré de la muerte del P. Richard Todd estoy recordando muchos momentos, reuniones y comunicaciones compartidas con él. Estuve en la secretaría General de julio de 1991 a julio de 1999, y Richard Todd fue asesor de esos Consejos desde finales del 91 a julio del 99, más de ocho años y medio.

Considero una responsabilidad compartir cómo lo recuerdo y dar a conocer algunos legados que tiene el Movimiento que fueron especialmente suscitados, animados o acompañados por el P. Richard.

No era clerical. En los consejos, se trabajaba en equipo, Richard respetaba las decisiones y cumplía los compromisos adquiridos. Nos apoyaba en lo que íbamos proponiendo. Daba sus aportes razonados que unas veces se aceptaban y otras no.

Era pragmático y comprensivo. Ayudó a crear un clima distendido y relaciones cordiales en los consejos. Siempre hablaba de cosas concretas y buscaba alternativas para seguir trabajando en positivo. Si tenía alguna opinión diferente o novedosa decía con una sonrisa, “cosa curiosa…” y comentaba algo práctico que no sabíamos o que era diferente a nuestra opinión.

Creía en la vocación del laico y su protagonismo en la Iglesia. Tenía experiencia de trabajo con laicos en Estados Unidos, sobre todo con “Claretian volunters”; conocía a laicos que trabajaban en editoriales, en la promoción y formación vocacional, y a los seglares claretianos de USA. En ocasiones comentaba estas experiencias.

Tenía una mentalidad abierta: Visión eclesial del Concilio Vaticanos II; apertura a asuntos ecológicos, cuestiones sociales, respeto a las diferentes culturas, la mujer, promoción y desarrollo social. Entonces se encargaba de  Justicia y Paz y las Iglesias en Formación en la Congregación de los Misioneros Claretianos.

Quería a los seglares claretianos, creía en la vocación seglar claretiana y puso todo su empeño, relaciones y saber para consolidar el Movimiento de Seglares Claretianos:

  • Aprovechó los viajes de la Congregación para preguntar por la situación de los seglares claretianos o promoverlos, informándonos en las reuniones del consejo. En casos de dificultad en algún grupo o región, trataba de averiguar qué pasaba a través de las ramas de la familia allí presentes.
  • Siempre nos llevaba al reto de introducir al Movimiento en países ANGLO PARLANTES. Consiguió la traducción al inglés del ideario, estatutos, comentario y diferentes subsidios formativos.
  • Hizo un seguimiento especial a los países de África: Guinea, Zaire (hoy Republica democrática del Congo), la región de Nigeria, Sao Tomé; USA y Filipinas, país al que viajé con él para promover el Movimiento; así como a Chicago y St., Louis. En esa época, Piedad Arbaiza visitó con el P. Abella, Korea y Japón con la misma finalidad.
  • Nos pidió y le dimos permiso para dejar copia en el archivo de los Misioneros Claretianos de la documentación del Movimiento de Seglares Claretianos, tanto la relacionada con su nacimiento como con otros hechos importantes.
  • En las reuniones que teníamos con miembros de la Familia Claretiana para promover la vocación seglar claretiana, solía surgir el cuestionamiento de no estar claros los pasos para incorporarse al Movimiento de Seglares Claretianos, algo muy definido en otros movimientos eclesiales, a veces, ya presentes en sus trabajos apostólicos. Fue el P. Richard quien nos dijo que existía la posibilidad de tener unas normas más detalladas y flexibles que no implicaran cambiar los estatutos. Profundizamos en esta idea, el P. Richard hizo los primeros contactos con el Juridicum para ver su viabilidad y alcance; se siguió trabajando en ello y así surgieron las Normas Aplicativas y la reforma de estatutos para incluirlas, aprobadas por primera vez en julio de 1999.
  • En las reuniones del Consejo, siempre había un tema recurrente, la financiación del Movimiento. Richard Todd nos propuso y trabajó para lograrlo, el crear un fondo en el Movimiento con los aportes extraordinarios de los seglares claretianos, y la donación de la misma cantidad de dinero aportada por los seglares claretianos por parte de las provincias y otras entidades claretianas de los Estados Unidos. Este es el origen del fondo  que ahora tiene el Movimiento.
  • En relación al aporte económico de la Congregación de Misioneros al Movimiento, el P. Richard, decía que en cierto modo reconocía la labor voluntaria que tantos seglares claretianos realizan a la congregación en su proyección evangelizadora (a veces llamada misión compartida).
  • Era muy consciente de la necesidad de financiación que tendría el Movimiento para proyectarse y nos aconsejó indicar en las normas aplicativas que éramos una entidad sin ánimo de lucro, para así acceder a la financiación de proyectos.En el IV Encuentro de la Familia Claretiana (Fontfroide, junio de 1996), antes de iniciar las sesiones de trabajo, la superiora general de las Misioneras de San Antonio María Claret, me informó de la constitución en Londrina (Brasil) de los Leigos Misioneros Claretianos, (actualmente ICLAM Instituto Claretiano de Laicos Misioneros), entregándome  información de sus estatutos y organización. En ese momento me sentí mal y que en algo había fallado al Movimiento, pues en la entrega que me hizo en 1991, la anterior secretaria general, Yolanda Ibáñez, me dijo que el Movimiento ya estaba consolidado como la rama laical de la Familia Claretiana y que todos sus miembros habían acordado no promover organizaciones de laicos distintas a la de los seglares claretianos. Enseguida convoqué reunión del consejo, allí estaba Piedad Arbaiza y Richard Todd, para informarles y ver qué se hacía. El P. Richard Todd, nos dijo que era entendible que las misioneras necesitaran para consolidarse, de un laicado, a modo de obra propia, como los Misioneros Claretianos habían necesitado de los colaboradores y asociados claretianos. Todo quedó ahí, encajamos esa realidad y seguimos el Encuentro; siempre me queda la duda de si debí decidir algo distinto.
    Tuvo la iniciativa de redactar el Ideario con un lenguaje más inclusivo, me envió muy contento la nueva edición del ideario, pero cuando lo leí y vi que no se correspondía literalmente con el ideario, me comuniqué enseguida con el gobierno General para que se paralizara la distribución del mismo, ya que no había sido aprobado en asamblea. Ahora analizo que me faltó visión, la visión que tenía Richard Todd. Hoy me parecería muy bien, y encontraríamos la forma de publicarlo sin contradicción, algo así como “el Ideario en lenguaje inclusivo”, todavía conservo los mínimos cambios de esa versión.
    Se sorprendía de que pudiéramos funcionar de esa manera ambulante. Cuando buscamos una casa para realizar la V Asamblea General; él daba sugerencias y luego, al llamar por teléfono y ver que resultaba lo que parecía imposible, movía la cabeza con su sonrisa y mirada profunda, diciendo, realmente el Espíritu les ayuda.

El P. Richard creía en los seglares claretianos y ahora tenemos la esperanza de que gozará de la presencia del Dios de la Vida, y que de alguna forma intercederá para que el Movimiento siga madurando y respondamos a la vocación recibida.

Damos gracias a Dios por la vida del P. Richard y todo el apoyo que dio al Movimiento de Seglares Claretianos.

Milagros Vicente Lasheras