Desde la Familia Claretiana, siempre ha habido un esfuerzo por permanecer en comunidad y por hacer vida dentro de un grupo reconociéndonos como hermanos. Así pues, esta historia de admisión se inicia con una invitación a formar parte de la comunidad. Esta invitación fue muy importante, porque a pesar de no encontrarme en mi país de origen, seguir formándome y participando con una comunidad de hermanos al estilo de Claret, para mí era muy necesario, y de esa manera continuaba fortaleciendo mi carisma y espiritualidad. Es así como comienzan las reuniones, los temas y formaciones periódicas para ir descubriendo este Movimiento que me permitió conocer y saber hacia dónde va mi vocación dentro de esta Familia. Tomar la decisión de hacer camino venía bien, pues se fortalecían en mí la hermandad y fraternidad pese a la situación actual por el COVID- 19, nuestro interés por formarnos no se detuvo, y continuamos con temática, comentarios y sobre todo con mucha cercanía virtual este proceso de analizar si queríamos formar parte del Movimiento.
Es entonces, como llego la propuesta de un retiro tan ansiado, retiro Germinar, virtual, a distancia física, pero con cercanía de corazón, en donde, por seis días, vivimos la etapa final de nuestro discernimiento bajo la meditación y la oración, que contemplaba audios, un acompañante -que fue un miembro de la comunidad- y un encuentro de compartir, donde nosotros, los nuevos seglares, manifestaríamos nuestra voluntad de ser parte de la Familia Claretiana dentro del movimiento. Este retiro, como su nombre lo indica, fue un germinar, un brotar, crecer, desarrollarnos dentro del propio corazón de cada uno para tomar la decisión final y comunicarla a nuestros hermanos, la experiencia llegó en el momento preciso para hacer un alto en las angustias y los apuros habituales y mirarnos desde dentro con nuestros sentidos y la Palabra como guía.
Finalmente, solo puedo decir que, en el aquí y en el ahora, mi compromiso como nueva seglar claretiana, va con seguir cultivando mi fe desde mi comunidad y anunciar la Buena Noticia del Evangelio al mejor estilo de Claret, participando del carisma claretiano, que no solo me hace evangelizar y acercarme al corazón de María, sino que además me permite dar testimonio en donde me desenvuelvo. Pertenecer a la comunidad Meraki será una ventana más para ver a Cristo en medio de mis hermanos y una oportunidad de compartir en un mismo carisma la misión que me mueve desde hace tiempo, fortaleciendo mi vocación laical con la visión comunitaria del servicio a Cristo, el carisma claretiano y la misión por todos los medios posibles.
María Gabriela López sc
Grupo Meraki-Lima-Perú