El 10 de febrero de 1932, nació el segundo hijo de la familia, en Cruz del Eje Córdoba Argentina: Albino Alberto Maza.
Acuariano con todas las letras por sus artes y sus sueños realizables y utópicos.
A los dos meses la familia se trasladó a Santa Fe por el trabajo de su padre (ferroviario), taller de reparaciones en Laguna Paiva, a 40 km de la capital.
Sus primeras maestras fueron sus segundos padres. En 1947, de la secundaria pasó a la Universidad del Litoral, ya le gustaba la química, por lo que se dedicó a la grumera y se abocó a las profundidades de los pozos petrolíferos y a las alturas de las minas en Salta, cerca de Tartagal (a 5000m de altura y -25 grados de temperatura), hoy selva chaqueña destruida.
Recio y fuerte para el trabajo, a los 24 años de edad analizaba el terreno que iban perforando hasta encontrar petróleo.
Tras la prórroga del Servicio Militar donde convivió con personas que hoy prefiere no nombrar, culminó como oficial de Reserva. Era la época de litigio entre nuestro país con Chile. De allí pasó a Y P F, Fabricaciones militares en Salta con vientos de 80 km por hora y minas de azufre, con riesgo de vida.
Aquí comenzó otra historia: conoció a Berta, su compañera en la vida y en la vocación misionera. Compañera pujante. Era catequista y quería ser monja. Se dedicaba a acercarse a la gente para invitarlas a conocer el amor de Dios y así llegó a Alberto.
En 1969 regresaron al Barrio de Alta Córdoba ya con hijas, y se instalaron a tres cuadras de la Parroquia del Corazón de María, donde Alberto tuvo sus primeros amigos misioneros claretianos.
Un día el P. Calgaro (cmf) le pidió a Berta que lo llevara para charlar con él pero el recio hombre se resistía hasta que llegó a intimar con muchos misioneros claretianos de la época. Berta trabajaba en cáritas. Formaron familia de tres hijas y cuatro nietos, más una reciente bisnieta.
Alberto siempre opina que en estos tiempos de la brecha generacional entre padres e hijos se puede cultivar la cercanía de nietos y abuelos: nietos que escuchan las experiencias de abuelos y a su vez los jóvenes prestan y pasan los conocimientos modernos de la era digital y tecnología.
Tuvieron diversos negocios, pero por adversidades todos se frustraron quebraron…viven modestamente y Berta es tan buena administradora que hasta pueden ayudar a sus hijas.
Además de asistir a todos los acontecimientos de la familia claretiana, comparten vivencias con otros grupos encuentros y congregaciones donde son invitados lo que significa retroalimentación social y espiritual permanente.
Ya cerca de 1983/84 comenzó esta movida claretiana, trabajaron durante quince años en la pastoral vocacional, época de fecundidad que recuerdan con añoranza.
Participaban en cursos prebautismales, ministros de la eucaristía y otras tareas misionales con la comunidad de Alta Córdoba, donde Alberto llegó a ser coordinador.
En el Consejo Regional Argentina-Uruguay siempre estuvo en el área de formación. También asistieron a dos Asambleas Mundiales en la década de los ochenta: en Florencio Varela (Buenos Aires) y en Campinhas (Brasil). Todavía los conmueve la solidaridad de brasileros y bolivianos y la relevante presencia del P. Antonio Vidales (cmf).
El MSC se fue entronizando de tal modo en Berta y Alberto que jamás se ausentan, trabajan juntos y siempre se puede contar con ellos.
En los últimos años Alberto se abocó al cuidado de los adultos mayores en el voluntariado de Barrio Panamericano y a los geriátricos (dependientes del Ministerio de Acción Social de la Nación). Formaron un grupo de teatro itinerante que atrae a todos los públicos por los sketches tan bien armados donde se defienden sus derechos, mensaje que llega a todas partes. En una etapa de dos años participó del equipo editor de «Claret Sur», vocero del movimiento, aunque por ponerle un estilo diferente pareció que en las últimas ediciones no reflejaba la vida de las comunidades del mismo y cesó. Se ofreció como servidor en CEPRAN (Córdoba.), prestando ayuda telefónica a adultos mayores solos, enfermos o en crisis.
Amigo de la lectura variada, poeta, actor, misionero, sus prioridades son; Dios, hombre y naturaleza , razón por la cual en los últimos tiempos se ha involucrado con estudiantes y profesores universitarios al cuidado del planeta , al cambio climático y hasta se ha inscrito como alumno de astronomía en la Universidad.
Últimamente editaron una Antología junto a pintores, actores y escritores, que fue presentado en la Legislatura de Córdoba. La poesía de Alberto se titula «Seglares Claretianos» y además dice;
«La vida me ha sonreído siempre»
Todo está relacionado.
las estrellas nacen ,brillan,
envejecen y mueren.»
«Los humanos nacemos, crecemos,
envejecemos y morimos»
«Somos polvo de estrellas»
«Defiende lo humano
porque ese es tu hermano
y se vive mejor»
En los últimos años una seria enfermedad puso a prueba su valor, cumplió a rajatabla el tratamiento por cinco años y gracias al empuje de la familia hoy está más joven que nunca.
Perseverante y audaz, inquieto y soñador !Gracias Alberto por tu aporte a la humanidad!