VI Encuentro de Evangelizadores. Comunicado final

  Familia Claretiana

VI ENCUENTRO DE EVANGELIZADORES.

Güejar Sierra (Granada) del 2 al 5 de Agosto de 2001

Complementariedad de formas de vida en la Iglesia.

COMUNICADO FINAL

 

San Antonio María Claret, consciente de la complementariedad de formas de vida en la Iglesia, vive su vocación y misión, promoviendo la comunión eclesial, “haciendo con otros”, en corresponsabilidad y complementariedad.

Los sesenta y ocho evangelizadores laicos y de las diferentes ramas de la Familia Claretiana, reunidos para compartir unos días de reflexión y convivencia, en torno a la “Complementariedad de formas de vida en la Iglesia”, queremos comunicaros nuestra vivencia.

Durante estas jornadas y sobre este tema global hemos profundizado en los siguientes aspectos:

  • “Iglesia de Comunión: corresponsabilidad y complementariedad”.
  • “Hacer con otros: elemento esencial del carisma claretiano”
  • “Distintas vocaciones, carismas y ministerios al servicio de la Vida y de la misión”

De la mano del P. José Cristo Rey nos adentramos en la complementariedad de formas de vida cristiana en la Iglesia. En un primer momento reactualizamos la llamada a ser Iglesia de Comunión en medio del pluralismo más variado que nos rodea. En concreto, desde la pluralidad que también caracteriza a la  Familia Claretiana, se nos invitó a ser creadores de constelaciones en las que cada estrella tenga su lugar. Vivimos en un cambio de época, sociedad en constante movimiento y, por ello se nos pide “refundar” nuestras instituciones para poder seguir el ritmo del momento histórico en el que nos encontramos. Constatamos que para entrar en  comunión necesitamos mucha imagninación y una mirada limpia que sepa ver la puerta que nos permite entrar en contacto y aprender el “arte de la conexión”. Vemos que tenemos mucho que caminar en el terreno de la comunión y de la complementariedad. Sólo desde el reconocimiento agradecido y gozoso de las individualidades podremos empeñarnos en esta tarea común. Tarea nada fácil y que requiere un proceso de negociaciones y diálogo y una especial sensibilidad para descubrir la bondad del otro.  En definitiva hemos de asumir la pluralidad de la Familia Claretiana como un don y como una gracia. Tal vez éste sea el momento propicio para la comunicación y la unidad. Jesús nos soñó en unidad. “Que todos sean uno”. ¿Estamos preparados para acoger el don de la unidad? Sólo entonces nuestro testimonio será creíble. En la medida en que vivamos un nuevo Pentecostés nos convertiremos en una comunidad de seductores y seductoras del Reino, abiertos a la totalidad: “Id al mundo entero y proclamad el Evangelio.”

Inspirados en la vocación eclesial de San Antonio María Claret, convocados por un Dios Trinidad que es relación y comunión, María Soledad Galerón, rmi, nos ayudó a tomar conciencia de que el “Hacer con otros” es un elemento esencial del carisma claretiano y consideramos el “hacer con otros” como nuestra forma de ser y de realizar la vocación en esta Iglesia de comunión.

No debemos caer en la tentación de proyectar sobre un Claret del siglo XIX, lenguajes, concepciones o metodologías de nuestro tiempo. Lo importante es encontrar en él la fuente de su hacer. Los métodos y las técnicas pasan, pero las actitudes que dan vida permanecen. El “hacer con otros” no es cuestión de metodología sino de actitudes. No es fundamentalmente hacer con otros, sino sobre todo ser con otros: relacion, encuentro y comunión.

La Palabra configuró a Claret como hombre Apostólico. En su profunda experiencia del Dios comunión encuentra sentido para su vivir y su hacer.

Recordamos algunas de sus experiencias apostólicas que son para nosotros fuente de inspiración en el “hacer con otros”:

  • Crea Instituciones, asociaciones, cofradías, para involucrar y facilitar a otros el hacer apostólico desde sus vocaciones específicas. Hace llegar a su arquidiócesis de Santiago, congregaciones que complementan con sus carismas la misión eclesial.
  • En las fundaciones que realiza, Misioneros Claretianos, Filiación Cordimariana y la Academia de San Miguel inspiradora de los SSCC, vemos como Claret convoca para vivir y hacer juntos.
  • Busca colaboradores para integrarlos en su comunidad misionera. Su sueño era formar un gran grupo de Evangelizadores.
  • Al llegar a Cuba en primer lugar mira y escucha la realidad del nuevo mundo  en el que tiene que ejercer su misión.
  • Junto con otros, María Antonia París, funda la Congregación de RMI.
  • Crea Instituciones, asociaciones, cofradías, para involucrar y facilitar a otros el hacer apostólico desde sus vocaciones específicas. Hace llegar a su arquidiócesis de Santiago, congregaciones que complementan con sus carismas la misión eclesial.
  • Reconoce lo bueno de otros, lo apoya y promueve, haciéndose portavoz de ellos.
  • Motiva, agrupa y organiza proyectos pastorales para facilitar canales de acción apostólicos y sociales.
  • Participa en instituciones ya creadas fortaleciéndolas con su presencia y colaboración.
  • Constituye  Equipos para la acción misionera y la formación.
  • Se inspira en obras creadas por otros y las reconoce como fuentes de sus ideas y proyectos.

Desde estas acciones de Claret nos sentimos llamados:

  • A ser contemplativos en la misión; dejarnos “afectar” por la realidad, por los otros.
  • A la escucha,  estar alerta, prestar atención. No solo tenemos una palabra que decir, tenemos sobre todo una palabra que escuchar.
  • Al respeto, valoración y acogida  de lo diferente como don y complementariedad.
  • A hacer pactos, acuerdos, cooperaciones para construir a partir de las diferencias que nos  enriquecen.
  • Al diálogo como preparación de encuentro y comunión.

Pero no podemos “hacer con otros” sin pobreza evangélica como apertura y acogida;  expresión de libertad y comunión. Necesitamos, como Claret, crecer en paciencia, espera; crear espacios de acogida y ofrecimiento que abran y posibiliten el encuentro y la comunión. Vivir la filiación y la fraternidad como Jesús.

El tema de las “Distintas vocaciones, carismas y ministerios” fue iluminado, una vez más, por la autorizada palabra de José Cristo Rey que nos interpeló a ser una verdadera biocenosis, es decir,  una comunidad de vivientes en interacción constante, un ámbito de vida desde la comunión con la Vida  que es Cristo, el único y verdadero icono de las formas de vida cristiana. Descubrir la propia vocación es dejarse fascinar por la Belleza. La vocación es un pequeño fragmento donde encontramos toda la belleza de Cristo. En cualquier vocación no pueden faltar las dimensiones del Amor y la Belleza. Hemos de ser una familia de creyentes que opta por la vida, que está dispuesta incluso a dar la vida para que otros la tengan y la tengan en abundancia. Lo substantivo es vivir. La misión es un servicio a la vida, es la entrega apasionada de personas que quieren vivir y hacer vivir a otros. Lo importante es encontrar la Gracia de la Vida y encontrar el centro que estabiliza la propia vida. Podemos clasificar las formas de vida según dos criterios: carismático y ministerial. La Iglesia está demasiado clericalizada y se  destaca la necesidad de que los seglares ocupen el lugar que les corresponde en ella, viviendo en plenitud su dimensión ministerial. Nos falta imaginación para crear la biodiversidad necesaria que permita el optimo desarrollo de las diferentes formas de vida y muy en particular el papel y la misión de las mujeres.

A través de una interesante mesa redonda en la que pudimos expresarnos y compartir nuestras inquietudes, preocupaciones, desafíos,  COMO FAMILIA  NOS HEMOS HECHO PREGUNTAS Y BUSCADO CAMINOS.

Algunas de las preguntas fueron :

  • ¿Dónde situarnos los seglares que nos sentimos inspirados en el espíritu de Claret pero no llamados a pertenecer a ninguna de las ramas institucionalizadas de la familia claretiana?
  • ¿Cómo complementarnos en la practica y favorecernos unos a otros?
  • ¿Cómo hacer posible un mayor conocimiento entre todas las ramas de la familia claretiana?.
  • ¿Queremos de verdad colaborar unos con otros?
  • ¿Es posible caminar hacia la elaboración de proyectos comunes?
  • ¿Es posible crear comunidades mixtas de diferentes formas de vida?. ¿Un equipo de trabajo puede llegar a ser comunidad de vida al estilo de las primeras comunidades  cristianas?

Proponemos explorar conjuntamente estos caminos…

  • Estar en comunión creando constelaciones, redes, desde el amor, en las que cada estrella tenga su lugar y brille con su luz propia.
  • Dar más participación a los colaboradores y aprender a delegar en ellos.
  • Crear canales de comunicación entre nosotros y darnos a conocer más y mejor.
  • Cambiar de mentalidad  y de corazón: dejar el yo para empezar a hablar desde el “nosotros”. Ser conscientes de que esta tarea depende de todos.
  • Tener un talante más católico y  abierto. Abrir las puertas y renovar nuestro estilo con savia nueva.
  • Profundizar en nuestro ser claretiano para iluminar nuestro hacer.
  • Ser conscientes de que las ramas existentes de la familia claretiana no agotan las posibilidades de colaboración y participación.
  • Ver cuáles son las voces que nos unen: oración, formación, misión, Claret, Jesucristo…
  • Crear foros de reflexión, intercambio, formación para caminar y discernir juntos.
  • Hacer encuentros de familia claretiana en los lugares de origen para favorecer la interrelación y la red que queremos construir.