Seglares Claretianos de las Regiones Caribe y Bética han participado este año en la JMJ de Polonia, acompañando a los jóvenes en su labor evangelizadora. Iris (Puerto Rico) e Isidro (Sevilla) comparten su experiencia:

Mi experiencia en la JMJ, ha sido muy rica, intensa y de grandes bendiciones. Previo a la JMJ, de camino hacía Polonia desde Puerto Rico, pasamos por España y visitamos en Barcelona los lugares Claretianos. Ese ambiente nos ayuda a estar en esa sintonía espiritual y con corazón dispuesto a la escucha de todo lo que el Señor, a través del Espíritu Santo nos quiere decir. La noche de la Vigilia con el Papa Francisco, fue excelente en términos generales: organización y contenido, dinámica, canticos oración. El recogimiento fue total, se sentían a todos profundamente viviendo el momento. Uno de los momentos para mi mas gratificante e intenso fue el momento de la luz, como desde el Papa, se nos fue extendiendo la luz hasta llegar a todos, mi corazón se ilumino de manera especial, verdaderamente recibí a Jesús en esa vela cuando el que estaba a mi lado con su vela, que no se de que nación era, me dio la luz, es algo que no hay palabras para explicarlo.
Una experiencia en términos generales única, emocionante, enriquecedora, intensamente vivida y compartida.

Iris Vázquez, sc (Puerto Rico)

 

El día 20 de julio un grupo de 60 jóvenes convocados por el equipo de pastoral juvenil vocacional de la provincia bética de los misioneros claretianos cogíamos un vuelo a Polonia que ponía fin a una larga espera de más 7 meses de preparativos, ahorros y muchos nervios por la Jornada Mundial de la Juventud que el Papa Francisco había propuesto en Cracovia. Nuestro viaje se dividió en tres partes muy diferentes pero muy intensas y sobre todo muy llenas de Dios.

Los primeros cinco días los pasamos en la ciudad de Łódź (en el centro de Polonia) donde los Misioneros Claretianos organizaron unos días de actividades, oraciones y celebraciones entre todos los peregrinos de carisma claretiano de todo el mundo. Allí recibimos una espectacular acogida por parte de familias polacas que nos hospedaban en sus hogares. Con su cariño, hospitalidad y lo mucho que nos ponían de comer hacían que ni el idioma ni las diferencias culturales fueran un obstáculo. Aunque más allá de anécdotas o vivencias, fue especialmente  la misma fe en Jesucristo la que nos unía y esto era algo más que palpable.

Después, “de camino” a Cracovia tuvimos la suerte de asistir en la ciudad de Chestokova (famosa por su peregrinación hasta el icono de la virgen de Chestokova) a un encuentro de peregrinos españoles y al día siguiente la oportunidad de conocer el campo de exterminio de Auschwitz en donde a día de hoy no encuentro palabras para definir tan terrible lugar.

¡Y por fin! Llegamos a Cracovia donde pudimos estar muy cerquita del Papa Francisco y poder escuchar sus palabras, que como siempre muy llenas de luz y de vida Evangélica. Allí, pese a grandes tormentas contrastadas con un sol abrasador y el caos en los transportes, pasamos unos días de encuentro con Dios preciosos. Sin duda, de esos días me quedo con la llamada del Papa a ser jóvenes que tengan capacidad de decisión en el mundo, “Que nadie decida por vosotros” decía Francisco, a ser jóvenes que se calcen los zapatos, se levanten del sofá de las comodidades y se lancen a un mundo que necesita urgentemente el mensaje de Jesús. Con Jesús de la mano todo lo podemos.

En definitiva una experiencia irrepetible cuyo núcleo fundamental tiene que tomar forma ahora en cada una de nuestras vidas y ¡dar mucho fruto!

Isidro Rodríguez Ferreira S.C. (Sevilla)

 

Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán la misericordia” con este lema comenzamos el 19 de julio la Jornada Mundial de la  Juventud, experiencia que tenemos la oportunidad de vivir los jóvenes católicos cada tres años y que en esta ocasión se ha ubicado en la población polaca de Cracovia. Este año estuvimos cerca de 60 jóvenes de la provincia bética.

Nuestra visita al país de San Juan Pablo II podría dividirse en dos momentos concretos:

La primera consistió en un preencuentro de 5 días en Łódź, ciudad polaca donde pudimos vivir en comunidad como familia claretiana. Gracias a la hospitalidad de las familias de esta ciudad, que nos acogieron durante nuestra estancia en el municipio, jóvenes de todos los continentes pudimos poner en común nuestras inquietudes y compartir cómo vivimos nuestro carisma claretiano en nuestro lugar de origen.

Una vez terminada esta primera etapa de la experiencia nos dirigimos a Cracovia. De camino, hicimos una parada en Częstochowa, lugar de peregrinación que también da nombre a la patrona de Polonia. En el santuario que se encuentra en esta ciudad los jóvenes españoles que participábamos en la JMJ pudimos rezar y celebrar la eucaristía.

Después de esta parada, nos dirigimos a Sucha Beskidzka, municipio donde nos alojamos para nuestra participación en Cracovia. Durante esta segunda parte cerca de 2.500.000 de jóvenes nos encontrábamos por las calles de Cracovia y participábamos en los encuentros convocados por el Papa Francisco.

Es imposible describir con palabras la alegría que se respiraba en aquella ciudad, a pesar de las interminables colas en los transportes públicos, el calor, la lluvia o el cansancio que sufríamos cada día, todos teníamos claro que aquello que nos unía era más fuerte, que nuestra verdadera motivación era compartir nuestra fe con cada persona que se cruzara en nuestro camino, ser verdaderos testimonios de Jesús, y por supuesto, llevar a nuestras casas todo los que nos tenía que decir el Papa a los jóvenes.

Para terminar, me gustaría recalcar algunas palabras pronunciadas por el Papa en la homilía, para que las intentemos llevar a nuestro día a día: “Dios nos llama a cada uno por nuestro nombre y nos ha elegido a cada uno para ser testigos de su reino, para que creamos que una nueva humanidad es posible siendo misericordiosos y mansos de corazón”. Además una de las citas del Papa en la que me gustaría hacer especial hincapié es la siguiente: “Instalad bien la conexión más estable, la de un corazón que ve y transmite el bien sin cansarse. Y esa alegría que habéis recibido gratis de Dios, dadla gratis (cf. Mt 10, 8), porque son muchos los que la esperan.”

Laura Ortega Andrades, sc (Bética) (segunda por la izquierda tras la bandera española)