Feliz día de Pentecostés, en el que renovamos nuestro compromiso con la evangelización en nuestro mundo.
Os dejamos aquí unas referencias de nuestro Ideario que así nos lo recuerdan:
Nuestra espiritualidad es la respuesta generosa, bajo la acción del Espíritu, al modo concreto de seguir a Jesús expresado en la vocación y misión que hemos recibido de Dios. Nuestra vida espiritual es el punto de confluencia del carisma y del compromiso misionero; donde se unen la llamada de Dios y nuestra respuesta personal a la misma; respuesta que se expresa: en un estilo de vida según las bienaventuranzas (cf. nn. 13 -18); en unos compromisos de evangelización arraigados en nuestra vida espiritual, alimentados por ella y que, a su vez, la alimentan (cf. nn. 21- 26); 86 Cf. DP. 239 87 Cf. LG. 11b; 35c y en las opciones y actitudes permanentes que cualifican nuestra vida y nuestro servicio de evangelización (cf. nn. 27). El Espíritu mismo, que ha sido enviado a nuestros corazones, es quien impulsa y dinamiza nuestra vida espiritual. (Id. 28)