Poniéndonos en manos del Corazón de María empezamos nuestro esperado Encuentro de Responsables. En la oración realizamos una contemplación de las diferentes partes que componen la Imagen del Corazón de María que nos sirvió como lema en nuestra anterior Asamblea. Al terminar, se nos invita a que hagamos una petición, poniendo en sus manos nuestras comunidades y nuestra región.
La sesión de trabajo de la mañana consta de dos partes. En un primer momento, se presentan las líneas de acción que fueron aprobadas en nuestra Asamblea, diferenciando entre aquellas que corresponden al consejo regional y las que corresponden a los trabajos comunitarios de nuestras comunidades. Una vez realizada esta presentación, en la que se incluye también el tema de formación «CORAZÓN DE MADRE» como tema de formación de para este año, se invita a los asistentes al encuentro a que tengan un tiempo personal para leer e interiorizar esas líneas de acción y que reflexionen sobre qué propuestas concretas y reales se pueden hacer para trabajarlas en comunidad.
Una vez se termina el tiempo personal, tenemos un tiempo para trabajar en grupos lo que hemos reflexionado en las líneas de acción. Se han hecho cuatro grupos de trabajo y otro aparte de los delegados de zona. Al terminar este ratito de trabajo en pequeños grupos, nos unimos en gran grupo para compartir los frutos que han surgido de nuestras reflexiones.
En la sesión de la tarde, como no ha dado tiempo a terminar de compartir la reflexión de los grupos, empezamos con la puesta en común de los últimos puntos de las líneas de acción. Acto seguido, comenzamos con la presentación de la Asamblea General de Granada. Tino, encargado de presentar este momento, sugiere que compartamos la experiencia que hemos tenido los que hemos asistido a dicha asamblea. El rato de intercambiar las experiencias ha sido muy fraterno y muy desde el corazón. Una vez terminamos de compartir, Tino sigue exponiendo todo el trabajo que se ha ido realizando en la asamblea. Para terminar el día, celebramos la eucaristía en la capilla de la curia claretiana, y agradecidos, nos despedimos.
